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En este libro entrego todo mi agradecimiento, primeramente a Dios porque solamente Él pudo hacer lo imposible para mí y para miles de personas que tienen el mismo problema que tuve yo, el que casi me cuesta la vida por la delicia de la comida y mi adicción a ella. Cuando yo me sentía atrapada pensé: Y no deja de llover, me encuentro desesperada en un laberinto sin salida del cual no puedo escapar ni ir a ningún lado, en el que yo misma he entrado porque abrí puertas al Espíritu de la Glotonería, de la Desobediencia, de la Gula, de la Mentira, les di permiso de entrar a mi vida y después fue una lucha, una guerra durante tantos años, una batalla de la cual salí victoriosa con la ayuda de Dios y con la fortaleza que Él me dio para lograr mi objetivo porque Él tiene propósitos para mi vida. Hoy, con una mente renovada, el cuidado físico de mi cuerpo y así mismo, espiritualmente en paz y con un corazón dispuesto para servirle a mi Señor.